domingo, 16 de octubre de 2016

Anti-betabloqueadores y anestesicos dentales.

Es importante identificar al paciente hipertenso antes de empezar un tratamiento odontológico, ya que el estrés y la ansiedad asociada con nuestros procedimientos pueden alzar la presión arterial a niveles peligrosos, que podría resultar en un accidente cerebrovascular o un infarto al miocardio. También es importante la detección del paciente hipertenso para evitar el uso de procedimientos como la utilización de ciertos vasoconstrictores.
Debe de saber el odontólogo si el paciente es hipertenso y consuma alguno de los betabloqueadores como lo son: propanolol, adornadlo, timol, atollen, pindolol, metoprolol, acetobutolol, para que éstos no generen alguna reacción con el anestésico a usar.



El trabajar con anestésicos locales sin vasoconstrictor, limita la profundidad y duración del medicamento, incrementándose las posibilidades de toxicidad (temblores, convulsiones, taquicardia e hipertensión arterial, entre otras manifestaciones). En los pacientes hipertensos controlados deben emplearse anestésicos locales con vasoconstrictor, en dosis terapéuticas y concentraciones adecuadas, no mayores a 1:100,000 para la epinefrina (xylocaína) y 1:20,000 para la levonordefrina (carbocaína), o bien felipresina (Cytanest) a 1:2,000,000.

   Vasoconstrictores            Pacientes controlados    Pacientes no controlados
      Adrenergicos                     (dosis máxima)                     (dosis máxima)

          Epinefrina              0.2 mg (once cartuchos)              0.054 mg (tres cartuchos).

       Levonordefrina        0.2 mg (once cartuchos)              0.054 mg (tres cartuchos).

         Felipresina                13 mL (trece cartuchos)              8.8 mL (5 cartuchos)
  

Las contraindicaciones para el empleo de vasoconstrictores adrenérgicos son: 
1) En los hipertensos no controlados o en etapas 3 y 4, o aquellos que desconozcan su condición actual. 
2) Pacientes con enfermedades cardiovasculares sin diagnóstico, sin tratamiento o sin control, como arritmia refractaria al tratamiento o angina de pecho inestable. 
3) Pacientes bajo la influencia de cocaína. 
4) Hipertiroideos no controlados. 5) En quienes han sufrido infarto al miocardio o cirugía de puentes coronarios (By-Pass) en los últimos 6 meses



                                                                                                           
                        










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